Los bellos eternos
Están en cualquier lugar, tienen diferentes formas, y no sabes cómo pero siempre los vas a reconocer. Se parecerán uno al otro, aunque no sepas en qué te harán suspirar y querrás mirarlos siempre. No todos se quedan en tu pupila, porque son suspiros, porque son efímeros, y se van y jamás los vuelves a ver. Los bellos eternos son para mirarse, para atravesarte el alma, para alterar un par de segundos del día y luego irse. Jamás te atrevas a acercarte a uno, porque no pertenecen aquí, y nunca van a encajar sus manos con las tuyas, son eternos, son efímeros. Jamás te atrevas a hablar con ellos, a mirarlos de cerca, a conocerlos, porque te harán daño. Los bellos eternos siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre te harán daño. Así que déjalos pasar, admíralos, inundate de su esencia, de su voz o de sus palabras, y luego olvídalo. Verás muchos todo el tiempo, a veces todos los días en el mismo lugar, a veces también te mi