Como cuando un pulso
se ata a otro
más frío,
y la piel comienza a cosquillear;
como cuando el silencio
se vuelve un voto
un rezo
pagano, ciego,
criminal;
como cuando un beso
se guarda
arde
muere
en un desierto cualquiera;
como cuando las almas
se abrazan
se cortan
y se amargan en la boca
como el sabor de la sangre;
como cuando un crimen
se ata a otro
y otro
y entonces deja de importar;
exhalo, después de todo, mi primer adiós.