Tacto
Las abejas no osan tocar mi piel.
La piel quema al roce
la piel arde,
más profundo. Sobre el alma.
más profundo. Sobre el alma.
En el atardecer
no suelo besar a nadie.
Mis labios son fríos
y crudos.
y crudos.
Pero él...
Él tenía los ojos en la boca
Él tenía los ojos en la boca
y los labios en las manos,
y no permitía que las rosas
se marchitaran entre mis dedos.
No solía enamorarme.