Sendero

Yo le vi correr
por aquel sendero intranquilo
donde nunca anochece.

Llevaba el paso de un caballo desbocado
y sus mejillas eran blancas
como un espejo de hielo.

Podía escuchar su corazón a la distancia
dulce, triste.
Cómo una canción que acompañe
una historia de terror.

Fue aquél sendero en donde perdió
-en sus pasillos de humo
donde aún habitan dragones durmientes-
su corazón.